Por: Etxenara Mendicoa
Coexistir en armonía, media naranja, tal para cual. Hay muchas ideas que nos llevan al principio básico de que una fuerza complementa a la otra, como sucede en el amor.
También sucede en la alta relojería, porque además es un universo donde la precisión técnica y la expresión artística convergen en perfecta armonía.
Así como en el amor, donde dos almas complementarias se encuentran para crear algo mayor que la suma de sus partes, las grandes casas relojeras han sabido interpretar las sutilezas de la masculinidad y la feminidad en sus creaciones, traduciendo estas energías en obras maestras mecánicas que hablan diferentes lenguajes estéticos pero comparten un mismo corazón de excelencia.
En esta selección especial, hemos elegido parejas de relojes que demuestran esta dualidad perfecta. Por un lado, las versiones masculinas abrazan valores como la robustez técnica, la presencia arquitectónica y la complejidad mecánica visible, materializados en cajas de mayor dimensión, acabados industriales refinados y una expresión más deportiva o formal según el caso.
Sus contrapartes femeninas, no tienen nada que ver con aquel viejo mito de hacer versiones reducidas de los modelos pensados para hombres. Al contrario, hoy llevan mucho estudio. Son interpretaciones que celebran la delicadeza, el movimiento fluido y la integración de elementos joyeros, donde la creación tiene los acabados especiales, los materiales preciosos y las proporciones justas.
La pregunta flota en el aire en las próximas páginas, sin ser una pareja perfecta, ¿están hechos el uno para el otro?
Audemars Piguet Royal Oak Offshore Automático:
Este titán mide 42mm, así que la masculinidad se puede percibir a distancia. Es una evolución más atrevida del icónico Royal Oak. Su caja octagonal de acero inoxidable, con los emblemáticos tornillos hexagonales, alberga el calibre automático 4308 de manufactura propia, con 60 horas de reserva de marcha y visible a través del fondo transparente. El distintivo patrón Mega Tapisserie del dial añade profundidad tridimensional, mientras que la corona de rosca garantiza 100 metros de resistencia al agua. Los guardacorona un poco más exagerados y el bisel musculoso reafirman su espíritu deportivo, ideal para el hombre contemporáneo que busca presencia sin sacrificar la herencia relojera.
Audemars Piguet Royal Oak Mini Frost:
Esta evocación femenina de 34mm captura la esencia del Royal Oak con un giro de alta joyería. La técnica Frosted Gold, el efecto “nevado”, fue desarrollada en colaboración con la orfebre Carolina Bucci. El objetivo cumplido fue crear un efecto diamantado en el oro que danza con la luz, pero sin perder las líneas arquitectónicas sagradas para reconocer un Royal Oak. Tiene calibre automático 5800 y luce el reconocible patrón “Petite Tapisserie” en el dial. Un detalle exquisito es que el brazalete está integrado con acabado frost, para que la mujer que lo porte despida juegos de luces en cada movimiento.
Cartier Privé:
Este modelo representa el refinamiento de la casa Cartier, por sus líneas art déco y su caja rectangular que evoca las históricas líneas del Tank. El Privé es el verbo de la maison para la elegancia masculina atemporal. El calibre de manufactura 430 MC, ultraplano y de carga manual, ejemplifica la excelencia mecánica, mientras que los característicos números romanos y agujas azuladas mantienen el inconfundible código estético de Cartier. Tiene perfil delgado y proporcionado para acompañar fluidamente trajes formales, y es una opción perfecta para caballeros de lujo discreto.
Cartier Panthère:
Este reloj es un imprescindible de la elegancia femenina desde 1983, es un capítulo importantísimo del savoir faire de Cartier haciendo relojes joya. Su brazalete es flexible y tiene eslabones tipo brick, pulidos a la perfección, por eso se adapta a la anatomía como una segunda piel. La caja es cuadrada con tornillos visibles para darle un toque deportivo a una pieza refinada. Como es de esperarse en la marca, tiene zafiros de corte cabujón en la corona mantienen. Acompañante perfecto para una mujer que disfruta el lujo discreto, pero que al mismo tiempo valora un toque de audacia.
Chopard Happy Hearts:
Infaltable en una lista de relojería y amor: este reloj es un recordatorio del juego de las emociones con cinco corazones de oro rosa que bailan libremente sobre el dial de nácar. El resultado es un espectáculo hipnótico dentro del marco de una caja de 30mm en oro rosa 18K, delicadamente dimensionada. Los diamantes móviles, bandera de la colección Happy Diamonds, añaden un destello de espontaneidad a un diseño que celebra, en la misma función, la alegría y el romance.
Chopard L.U.C XPS Forest Green:
Ingenio y sofisticación. Uno de los homenajes más interesantes al fundador Louis-Ulysse Chopard. Está construido en una caja de 40mm en oro rosa y aloja el calibre ultraplano L.U.C 96.01-L con certificación COSC y sello de Ginebra, testimonio de la excelencia técnica de la manufactura. El dial verde bosque con acabado guilloché evoca la naturaleza del Valle de Jura suizo, mientras que el micro-rotor en oro optimiza la eficiencia del automático. La reserva de marcha de 65 horas y el acabado artesanal de cada componente están pensados para conocedores muy exigentes.