El valiente corazón de un Tudor: late un ranger dentro de ti

    ¡Es hora de mostrar el valiente corazón de un Tudor!

    Es muy sencillo, tanto, que el ojo de una persona que apenas comience a entender de relojes puede perderse el valor especial de esta nueva pieza de Tudor. El truco está en regresar a lo básico, ¿qué es lo que te ha hecho verdaderamente fuerte? Otros tienen más funciones, a veces una apariencia intimidante, pero cuando se trata de un instrumento infalible para expediciones, este reloj tiene mucho más que contar en condiciones tan extremas como los hielos de Groenlandia. Después de conocerlo de cerca puedes preguntarte, ¿eres tú también un Ranger?

    Después del despegue sostenido en la última década, el Ranger está aquí, de regreso desde los archivos de las grandes hazañas de hombres duros como un glaciar, para demostrar toda la historia que hace a el valiente corazón de un Tudor merecer el lugar de honor.

    De hecho, no puede tratarse como una novedad al uso, es el relanzamiento de un reloj que ya ha existido y marcado la línea de tiempo de la fabricación Tudor desde 1929, cuando Hans Wilsdorf usó este poderoso nombre para un reloj por primera vez.

    Remontémonos a esa época: los relojes eran instrumentos que un caballero necesitaba llevar a todos partes, las expediciones eran noticias que todos seguían y las exposiciones universales enseñaban maravillas mecánicas para lograr nuevas conquistas.

     

     

    En 1929, el dueño de Tudor eligió el nombre de Ranger para envolver con ese halo de aventura a algunas piezas relojeras. Ese gancho de marketing  terminó llevando a Tudor hasta latitudes que, en aquel momento, jamás hubiera soñado.

    Hace 70 años, el 8 de julio de 1952 se convirtió en una fecha histórica para toda la humanidad porque una singular expedición, conformada por hombres de mar experimentados y científicos, salió desde Deptford, Londres, hacia las gélidas y aún desconocidas superficies de Groenlandia. Faltaban aún varios años para que el hombre llegara a la luna, y el mundo se debatía en plena Guerra Fría, así que aún a estos aventureros se les despedía desde el puerto con gran desconfianza y demasiada valentía.

    La British North Greenland Expedition (BNGE), una misión que recibía el nombre clave “Hielo del Norte”, tenía el propósito de estudiar a fondo los glaciares y los movimientos sísmicos en la cúspide del planeta, además de las ondas radiofónicas en latitudes y condiciones tan extremas, durante dos años.

    Por ahora no se ve ningún regreso nostálgico hacia aquel Ranger de 1929, pero sí una revisión del Ranger posterior de 1960, pero con el espíritu extremo del Oyster Prince. Y un poderoso 70 aniversario que justifica sacar lo mejor de ese Tudor fuerte y valiente, para muñecas sin adornos, con una historia que recuerda que tiene mecanismos que están en el tope de la confiabilidad.

    La nueva estética del valiente corazón de un Tudor

    El Ranger que llega a nuestras manos tiene una nueva versión del valiente corazón de un Tudor, un calibre de manufactura, el MT5402 que sigue exigencias de resistencia, longevidad y precisión.

    Entonces este nuevo Ranger recupera los números arábigos en las posiciones 3, 6, 9 y 12 horas de la esfera abombada, le da un toque general mate a todos sus elementos bajo la luz, pero con un revestimiento luminiscente de calidad muy superior en el mercado, y con un alumbrado de peculiar color beige.

     

     

    Para hacerse eco de este legado funcional, la caja de 39 milímetros y el brazalete del Ranger tienen un acabado satinado, creando un aspecto mate general, al más puro espíritu de un «reloj herramienta». Sin embargo, algunos elementos se pulen para reforzar las líneas de la caja, incluyendo el eje interior del bisel.

    Este diseño parece sencillo, pero han tenido que cuidar muchos detalles para recrear en un reloj esta atmósfera vintage e industrial al mismo tiempo, que según Tudor quiere llevar el mensaje de una herramienta práctica.Esto se puede hacer con patrocinios y estrategias de manual que hemos visto mucho, pero sin una máquina fuerte esto solo sería espuma que no tarda en bajar.

    Para lograrlo usaron un volante de inercia variable y una espiral de silicio, material que cada día gana más terreno en la relojería por su resistencia al magnetismo. Este mecanismo ha pasado todas las pruebas de rigor y por ello tiene la certificación del Control Oficial Suizo de Cronómetro (COSC), un detalle que siempre incide en el valor final de la pieza, y en el caso de este reloj más porque su variación media es bastante menor que la que exige la certificación.

    Para ofrecer un nuevo nivel en mecanismo, la reserva de marcha de este calibre es de 70 horas, por lo que puedes quitarte el reloj un poco más de dos días sin que requiera ajuste adicional.

    Además de las pruebas sobre terreno, como las del desempeño en Groenlandia, Tudor demuestra la confianza en su producto con 5 años de garantía, transferible y sin necesidad de registro o certificado de mantenimiento.

    A lo largo de su historia se ofrecieron diversas variantes, con y sin fecha, con cuerda automática o manual e inicialmente con el logotipo de la rosa  seguido del escudo en la esfera; todas con el valiente corazón de un Tudor . En 1973, se realizó una versión del Ranger con un brazalete integrado bajo el nombre de «Ranger II».

    La correa de tejido Jacquard se ha convertido en un punto de honor para Tudor, que tiene una alianza con Julien Faure, la fábrica original en Saint-Étienne, Francia, con una calidad exquisita sobre cada pieza desde hace 150 años. Para este especial Ranger, Julien Faure fabricó un brazalete verde oliva, con dos bandas rojas y una beige, el accesorio perfecto para hacer elegante a este hijo fuerte de Tudor. 

    El segundo brazalete es de acero satinado para armonizar con toda la estética el reloj, con cierre Tudor T-fit de ajuste rápido de la longitud completa del brazalete sin necesidad de herramientas, con posibilidad para 5 posiciones.

    La tercera opción es el brazalete de caucho natural y tejido de cuero negro, con pespuntes color beige y cierre desplegable. 

     

     

     

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