Por: Melina Abache y Etxenara Mendicoa
Tenía un extraordinario sentido del humor y una mente muy inquieta. Fue bautizado por la casa de subastas Christies como el Fabergé de los relojes y sus obras siguen siendo best sellers y colecciones permanentes en las casas más reputadas. Genta estudió diseño de joyas y comenzó a trabajar para Universal Genève, en cuyo amparo creó el Polerouter, un reloj que desafiaba el magnetismo. Luego fue llamado por Omega, su primer contrato exclusivo, y diseñó el famoso Constellation y el Seamaster (1960). Como su trabajo hablaba por él mismo, Audemars Piguet le encargó el diseño de un reloj deportivo y en una noche hizo el boceto del eterno Royal Oak (1970), inspirado en una antigua escafandra de buceo. Llegó a oídos de la manufactura Patek Philippe, entonces concibió al icónico Nautilus (1976), basado en la forma de una escotilla náutica. También fue consultado para actualizar el Ingenieur de IWC (1976), el Bulgari Bulgari (1977) y el Pashá de Cartier (1985). Aunque al principio la crítica no recibía bien sus diseños porque eran demasiado grandes para la época, todos querían tener la firma de este rey Midas en sus principales lanzamientos. Genta no sólo fue un diseñador con talento, era un visionario al que no le temblaba el pulso en los negocios. Con su marca homónima creó el Grande Sonnerie Retro (1994), considerado en su época el reloj más complicado del mundo y entrando en las lides más augustas de la relojería; pero también seguía su infalible olfato en éxitos comerciales, como cuando obtuvo la licencia de Walt Disney para producir una serie limitada de relojes lujosos de Mickey Mouse y otros personajes. Gérald Genta ya no está en este plano, pero merece su lugar en este conteo de maestros relojeros contemporáneos porque su nombre sobre un diseño sigue siendo una apuesta segura.
Relojes
Royal Oak – Audemars Piguet (1970)
Según la historia, Genta dibujó el diseño del reloj en una noche, después de haber sido inspirado por un buceador que llevaba un casco antiguo atado a su traje por ocho tornillos. Esto se tradujo en el estilo del reloj, que presenta una forma octagonal con ocho tornillos en el bisel.
Nautilus – Patek Philippe (1976)
Sabiendo que la familia Stern -dueña de la firma- era entusiasta de los yates, Genta diseñó el Nautilus en 1974 como un reloj deportivo con un bisel que se parece a un ojo de buey.
Grande Sonnerie Retro – Gerald Genta (1994)
Un diseño excéntrico y temporal, amparado bajo la reputación de su creador. Es una pieza extraordinaria de la que solo se fabricaron cuatro modelos. Durante un tiempo fue el reloj más complicado del mundo.
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