Por: Melina Abache y Etxenara Mendicoa
Los motores, carros, bicicletas, aviones, y cualquier otra cosa mecánica era(es) uno de los grandes placeres de Giulio Papi. Así que al momento de decidir qué estudiar, era muy claro que viviendo en La Chaux-de-Fonds y con gusto por la mecánica, la relojería era la respuesta. Durante la crisis del cuarzo, nadie quería aprender sobre relojería; sin embargo Papi aprendió en cuatro años sobre la industria, por ser el único alumno en el salón de clases. Entre esas paredes su amor por lo mecánico se convirtió en un amor por los relojes. En 1984 terminó sus estudios y se encontró ante las puertas de Audemars Piguet (AP). Papi, también ha tenido un rol principal en la creación de Richard Mille -1999-. En 2008 se hizo con el Grand Prix d’Horlogerie de Genève y, en 2015, con el Gaia Esprit d’Enterprise por sus contribuciones a la relojería. Todavía está en deuda con sí mismo para crear su propia marca de relojes.
RM 002 – Richard Mille (2002)
Papi habla con mucho orgullo sobre los avances realizados para este modelo, para el cual desarrolló una placa de carbono: ”Fue el primer reloj de gama alta sin el código del reloj clásico”.
De Renaud & Papi a Audemars Piguet Renaud & Papi
Luego de ese año en Audemars Piguet, y Giulio Papi saber que pasarían 20 años hasta que pudiera cambiarse al Departamento de Complicaciones, se puso manos a la obra. Su compañero en el taller era Dominique Renaud, quien ya tenía cinco años allí y aspiraba a dar el mismo paso que él, al ver que no sería posible en un corto tiempo, decidieron marcharse para fundar su propia compañía: Renaud et Papi -1986-. La propuesta era estudiar nuevas complicaciones con nuevas tecnologías en términos de materiales y máquinas. Tres años más tarde invierten todo lo que tienen para construir una manufactura -la demanda así lo exigía-, pero necesitaban todavía más apoyo económico y regresaron a Audemars Piguet en busca de él, con la condición de trabajar para diferentes marcas y mantener su estrategia de crecimiento e innovación. Cerraron el trato y, en 1992, se convirtieron en Audemars Piguet Renaud & Papi.
Minute Repeater – Audemars Piguet (1990)
Calibre 2865. Renaud & Papi desarrollaron este modelo, el primer reloj del mundo en combinar la complicación del repetidor de minutos con una indicación de hora de salto.
Grand Complication – IWC Schaffhausen (1990)
La dupla creo para IWC su primer reloj gran complicación: tomando como base su calibre Valjoux 7750 -un cronógrafo automático totalmente integrado-, le incorporaron un módulo con la función de repetidor que se colocaría entre el dial y el movimiento.
Tourbillon Pour Le Mérite – A. Lange & Söhne (1994)
Fue el modelo más complicado y costoso presentado por la marca alemana ese año. El movimiento lo desarrolló Renaud & Papi junto a la firma, y la gran novedad en ese momento fue la transmisión de la cadena y el fusible, un antiguo mecanismo de fuerza constante para el cañón.
Dominique Renaud
Sin duda alguna lleva la relojería en la sangre. Su abuelo fue relojero y sus padres se conocieron mientras trabajaban en Vacheron Constantin. Creció entre relojes en Besançon, ambiente que lo motivó a estudiar en la escuela de relojería local y dedicarse a este oficio. Innegablemente, y así haya vendido su parte de acciones de la empresa que creo en 1986 con Giulio Papi, su nombre siempre estará ligado a ella y al de su ex socio. Trece años más tarde decide regresar de lleno y lo hace de la mano de su amigo Luiggino Torrigiani, empresario que había escuchado las ideas de Renaud y se interesó en hacerlas realidad. En 2013 Renaud regresa a Suiza y establecen Dominique Renaud SA en Renens, dentro de una antigua imprenta, con la premisa de establecer un laboratorio de innovación de relojes suizos para desarrollar movimientos originales y altamente complejos.
DR01 Twelve First – Dominique Renaud SA (2016)
Reloj de edición limitada de 12 prototipos únicos, que se costumizarán según los deseos de los clientes que los compren por un millón de dólares.
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