Vista panorámica
Probablemente, no hay nadie en el mundo que tenga una visión más global de la industria relojera, por lo que no hay mejor interlocutor para esta edición dedicada a Suiza. Él es suizo, preside y dirige la Federación que agrupa a las empresas de relojería suizas y dedica su vida a defender sus intereses. En esta entrevista hemos querido ir de lo más concreto (la crisis que ha afectado a la industria en los últimos años) hasta lo más general (la relación que este pequeño país tiene con algo tan universal como la medición del tiempo). Que Suiza sea la cuna de la relojería, ¿es simplemente fruto de un cúmulo de casualidades históricas o tiene que ver son la esencia de los suizos? Veamos.
¿Podemos decir que la crisis de la industria relojera que hemos vivido durante los últimos años ya ha finalizado? ¿O debemos ser más cautelosos?
A pesar de que las exportaciones suizas de relojería no son igualmente dinámicas en todos los países de destino, podría decir que, en general, la tendencia se ha estabilizado, significando esto el fin de la caída. Durante los nueve primeros meses de 2017, nuestras exportaciones crecieron en un 1,5%.
En su opinión, ¿cuáles fueron las causas de la crisis y por qué se está produciendo ahora la recuperación?
Hay varias razones que explican las dificultades vividas durante los dos últimos años: la fortaleza del franco suizo, la caída del turismo en Europa, las medidas adoptadas por el gobierno chino, las dificultades económicas que se han producido en algunos países… Pero la economía mundial está mejorando y el mercado chino se ha recuperado. Además, el franco suizo parece estabilizarse en unas tasas más aceptables.
¿Cree que la industria relojera debería sacar alguna conclusión de esta crisis? ¿Cuál sería?
Depende de cada marca adaptarse a la situación y tomar las medidas necesarias: la innovación sigue siendo muy importante en los tiempos difíciles, siendo además importante el lanzar nuevos modelos y realizar un control de costes.
En los dos últimos años se están produciendo importantes cambios respecto a las dos principales ferias relojeras suizas. SIHH está creciendo mientras que algunas marcas importantes han abandonado Baselworld. ¿Por qué está ocurriendo esto?
No voy a hacer comentarios sobre SIHH y Baselworld, pero sí que es verdad que para algunas compañías no es ya necesario estar presentes en las ferias de relojería. Prefieren invertir en otro tipo de eventos de comunicación y promoción.
Además de los aspectos económicos, ¿qué aporta la relojería a Suiza?
La industria relojera es una especie de embajador de la calidad de los productos suizos, de su alta precisión. Muestra la presencia de la gente talentosa que caracteriza a Suiza.
¿Por qué cree que la industria relojera es algo eminentemente suizo?
En primer lugar, hay una cuestión de historia y tradición: cuatro siglos de industria relojera. La industria y la manufactura son aspectos muy importantes para Suiza: somos un país industrial, pero con especial énfasis en la pequeña industria. Nos encanta producir productos bonitos y con una alta calidad.
¿En qué se parece la alta relojería a los suizos?
La relojería se dedica a la medición del tiempo, y los suizos amamos la precisión, la pureza, la calma. “Lo pequeño es hermoso”. Quien quiera producir relojes de calidad, debe de estar tranquilo.
¿Cuál es el principal valor del “Swiss Made”?
“Swiss Made” es un certificado de calidad que indica el origen suizo del reloj. Para mucha gente alrededor del mundo un reloj debe ser suizo. Cuando uno piensa en Suiza, piensa en relojes; y cuando uno piensa en relojes, piensa en Suiza. Estoy convencido que esta etiqueta tiene una importancia tremenda. Los clientes aceptan pagar más por un reloj suizo que por otro similar que no lo sea.
¿Cuál es la importancia de la Federación de Relojería de Suiza para la industria?
FH agrupa a todas las compañías del sector para defender sus intereses alrededor del mundo. Nuestro objetivo es mejorar las exportaciones de relojes suizos y estamos muy activos en diferentes sectores: defensa del libre comercio, supresión de barreras arancelarias, la lucha contra las falsificaciones, la protección del “Swiss Made”, la promulgación de los estándares técnicos (ISO), información a los miembros en aspectos de actualidad, etc.