Entre las variables que hacen que un reloj se subaste por un alto monto hay varias evidentes: su antigüedad, el material del que esté hecho, la cantidad y el tipo de complicaciones o la marca. Pero hay otras cuestiones que puede que se nos escapen, lo que hemos llamado, “factor X”
Por: Juanma Galván
- Solo lo puedes adquirir en la subasta
Los relojes que mayor importe alcanzan en las subastas son aquellos que las marcas ya no producen; es decir, aquellas piezas que no se pueden adquirir en ninguna relojería. Es posible que el modelo aún se esté produciendo, ya que las manufacturas presentan nuevas ediciones de sus relojes más exitosos.
- Piezas originales
Es probable que los relojes antiguos hayan sufrido alguna reparación. Si es así y se ha cambiado alguna de sus piezas, el valor del reloj será menor. Todos aquellos relojes que conserven sus partes originales y estén funcionando tienen una gran demanda en las subastas.
- Ediciones limitadas
Cuanto más limitada sea una edición, mayor será el valor de cada uno de sus miembros. El valor máximo en este aspecto lo alcanzan, lógicamente, las ediciones únicas.
- Pack completo
Si el reloj se está subastando con todos los elementos con los que los compró el antiguo propietario, su valor sube mucho. Nos estamos refiriendo a la caja original, la documentación o la garantía (aunque esta haya quedado ya obsoleta).
- Conservación
No puede parecer un reloj recién salido de la vitrina de la relojería, pero cuanto mejor conservado esté, mayor será su valor. En este sentido, se valorará la ausencia de arañazos o roturas.
- La historia
Cuanto más tenga el guardatiempo que contar, más alto será su valor. Esto es importante para ciertos coleccionistas que utilizan sus relojes para lucirlos en eventos sociales, como los grandes actores o deportistas. Llevar una pieza que vivió una aventura o estuvo en la muñeca de una gran personalidad del pasado garantiza una interesante conversación, y eso se paga.
- Elementos característicos de otra época
Hay materiales o detalles que ya no se usan en el diseño de los relojes, pero que estuvieron de moda en su momento. Por ejemplo, el cristal plexi, un plástico que cubrió las esferas hasta que el zafiro ocupó su lugar a partir de los años ochenta.