Tu reloj puede acercar el espacio exterior incorporando complicaciones como las fases lunares o incluso incluyendo un mapa celeste. Pero hay una forma más real, poética y bella: haciendo que parte del reloj provenga directamente del universo. Estamos hablando de las esferas hechas con láminas de meteorito. Y sí, son meteoritos reales.
Un millón de años antes de Cristo un meteorito impactó en Escandinavia, concretamente al oeste de la actual frontera entre Suecia y Finlandia. Hasta principios del siglo XX permaneció oculto. Lo mismo ocurrió cerca de la actual localidad de Gibeón, en Namibia, donde sus habitantes usaban este extraño metal para hacer herramientas hasta que en 1936 se descubrió su origen extraterrestre.
Son los meteoritos Muonionalusta y Gibeon. Ambos son el origen de la mayoría de las esferas de láminas de meteorito que las principales marcas relojes han sacado al mercado en los últimos años. El objetivo es meramente estético, ya que el resultado de cortar en finas láminas y pulir la piedra es hermoso, tal y como puedes ver en las fotos que acompañan a este texto. Además, el resultado que ofrecen las formas caprichosas forjadas durante miles y miles de años es siempre único, es decir, el cliente sabe que nadie más tiene un reloj igual al suyo.
Más allá de cuestiones estéticas o astronómicas, el mayor valor que tiene un reloj con esfera de meteorito está en la sensación de llevar en la muñeca un trozo de piedra que ha volado durante siglos por el espacio exterior, que cayó en la Tierra de casualidad y que hoy está acompañándonos en nuestro día a día. ¿No es esto alucinante?
Las estructuras de Widmanstätten
La razón por la que las láminas de meteorito son tan hermosas la encontramos en las estructuras de Widmanstätten (también conocidas como estructuras Thomsom). Se trata de la alternancia de bandas de taenita y camacita (dos aleaciones de hierro y níquel), que tras un enfriamiento lento durante un largo lapso de tiempo adquieren esta apariencia.
Meteoritos en tres ejemplos
GMT Master II, de Rolex
Uno de los clásicos de Rolex incorpora este año una esfera de meteorito. Tiene un diámetro de 40 mm, oro blanco de 18 quilates y disco Cerachrom bicolor, azul y rojo.
Speedmaster Grey Side of the Moon “Meteorite”, de Omega
Este modelo está realizado en cerámica y oro Sedna 18 quilates. El pedazo de meteorito de la esfera corresponde al Gibeon de Namibia.
Altiplano Meteorito, de Piaget
El reloj más icónico de Piaget se presentó en SIHH 2018 con una esfera de meteorito en dos colores: azul y gris.
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